Otra despedida, hay q acostumbrarse
Anoche me volví a acostar a la hora del cuete. Estaba tan cansanda que no pasaron ni 20 segundos hasta que me dormí. La Mariana tenía calor así es que se despertó varias veces y al final la dejé en mi cama porque no quería volver a levantarme. El Alfre estuvo hasta como las 4 trabajando en el pituto de Puente Alto. Pobrecito, yo me muero.
Me acuerdo que pensé en el caballo que se moría en mi sueño de ayer y quize seguir en lo mismo por si al final el animalito no se moría. Pero terminé soñando que compraba entradas para el Love Parade en ticketmaster y en un confuso incidente terminaba encontrándome con Morrissey en los baños de algo así como el estadio donde era parte de la fiesta. Lo real es que hoy tengo q comprar las entradas para el Festival de Viña, ya que le prometimos a la Fran llevarla a ver la Oreja de Van Gogh, el día de la inauguración. Y Ticketmaster es una desgracia, porque al final el precio que uno paga es como 30% más de lo que se supone cuestan las entradas. Recargo hasta por las piedras.
En fin.
Hoy también será un día de despedidas. Me acaba de llamar mi jefa para contarme que se irá a cumplir funciones a otro lado. En esta época mucha gente se va y mucha gente llega. Y los jefes no duran más de un año. Menos mal que la nueva jefa será mujer y yo prefiero las jefas que los jefes, porque así me siento más en confianza para conversar con ellas.
Y bueno, hoy es dia corto, o sea trabajo hasta las 14 30, eso me gusta. A ver si voy a fallabela a lo de las entradas y de pasadita a cambiar el vestido q le regalé a mi madre para la navidad y que le quedó chico. De todas la cosas que planifico en la mañana nunca hago más de una, horror.
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